Presidente del Directorio de Desafío
Parto estas palabras con la certeza de que ya estás viviendo la alegría de la vida eterna y la resurrección. Estás en los brazos de Jesucristo reencontrado con las personas que amaste y que partieron antes de ti.
En esta despedida, si bien hay pena y dolor por tu partida, es de fiesta, es de Gloria, es de Resurrección y de Vida Eterna.
Poner en palabras los sentimientos que Denis despertó en cada uno de nosotros y nosotras puede ser para varias semanas.
Recordar que nos invitó y permitió vivir experiencias únicas de sentido, que nos movilizó a creer y sentir en lo profundo que somos motores de esperanza para esta humanidad tan dolida es un Desafío de Humanidad, también. Un Desafío de Humanidad que hoy recogemos y hacemos propio.
Por más de 25 años muchos de nosotros tuvimos el privilegio y el regalo de compartir tu sabiduría, tu compañía, tu espiritualidad, tu sentido de comunidad, tu sentido de vida…. pero
sobre todo tu amor. Tu amor por los más vulnerados y desprotegidos fue prioritario.
Fabiola, Paty, Popa, Paola, Gerardo seguro lo van a poder expresar mucho mejor que yo y que muchos de nosotros. Son la encarnación de lo que Denis proponía y promovía vivir.
Es tu amor aquí expresado en este Desafío de Humanidad que junto con Pedro llevaron adelante hasta hace algunos años. Ese amor que irradiabas con toda la fuerza de vivir con el Espíritu Santo encarnado en ti.
Ese amor y atracción que nos contagió y nos invitó a compartir la vida, nuestras vulnerabilidades, tentaciones y dolores, pero sobre todo nuestra capacidad de crecer y ser promotores de esperanza.
Querido Denis, el Desafío que nos dejas es grande y está en nosotros, los que experimentamos el vínculo y la relación de vivir en comunidad contigo no dejarlo que se apague y muera.
Muere y parte tu cuerpo, pero tu espíritu y legado se queda vivo en nosotros. Aunque imposible emularte, hoy habemos un grupo que nos sentimos con el imperativo de proyectar tu legado en el tiempo. De no dejar morir todos estos regalos y experiencias de amor que nos compartiste y nos impregnaste.
De creer que podemos ser fuerza transformadora y de renovación, que es posible vivir comunidad y crecer desde el encuentro, sobre todo con esos improbables que no vemos o no nos atrevemos a ver. Que podemos ser promotores de vida buena y de esperanza.
Como la parábola de los talentos, no solo nos comprometemos y tomamos el desafío de cuidar tu legado, sino que asumimos con alegría la tarea de multiplicarlo y proyectarlo con toda la fuerza que sabemos nos estás dando porque ahora permaneces vivo en nosotros.
Denis… tu amor por la humanidad nos sana y nos hace crecer.
Eso no podemos dejar que se apague.
Kiko García, Presidente del Directorio de Desafío.